La escarapela fue el primer símbolo patrio de Argentina. Creada en 1812, por solicitud de Manuel Belgrano, con el objetivo de unificar los colores del ejército, distinguirse de los enemigos y fomentar la unidad nacional.
Historia de la escarapela en Argentina
En 1812, con el objetivo de distinguirse del ejército invasor realista, el General Manuel Belgrano instauró el uso de la escarapela para todas las tropas del ejército revolucionario.
En la actual ciudad de Rosario, el 13 de febrero de 1812, Belgrano le pidió al Primer Triunvirato que avalara el uso de la escarapela con los colores celeste y blanco para las tropas de las Provincias Unidas del Río de La Plata. El requerimiento fue aceptado cinco días más tarde, el 18 de febrero. El enemigo utilizaba el rojo.
El sitio web del Ministerio de Cultura de la Nación informa que -según el Museo Histórico Nacional- el uso de escarapela se hizo costumbre como distintivo entre los ejércitos de España durante el 1700, y que las formas de las escarapelas variaba en lazos o moños, hasta que se estableció forma actual llamada la roseta.